¿Qué tan madura es nuestra forma de desarrollar software ?

Esta semana enfatizaremos en una de las formas de medir la calidad en los procesos de desarrollo de software y es la que considera el CMMi con los niveles de madurez.

Como podemos apreciar en la imagen, el modelo CMMi en su versión 1.3 puede medir la madurez en forma tangible clasificandola en 5 niveles. A medida de que se cuente con prácticas mas elaboradas se escala su nivel. Este modelo en sí permite evaluar la forma en que se desarrolla el software y determinar formas en la que los procesos de desarrollo pueden ser mejorados hasta un nivel óptimo y todo esto claro basado en la experiencia.

Por el momento nos enfocaremos en el primer nivel de madurez el cual es conocido como inicial o de caja negra. Al conocer los niveles de madurez establecidos en el modelo de CMMi, no pude evitar sentirme identificado en el primer nivel (claro refiriendome a la forma en la que desarrollo software). Y es precisamente en este nivel en el que se carece de control y enfoque, dirigiendo todo el esfuerzo a que el programa trabaje (si se cuenta con suerte).

Su nombre de caja negra se debe a que el producto o sistema software es resultado de un proceso amorfo, el cual suele ser inestable.  Aunque los objetivos especificos son cumplidos (El producto cumple su función), conceptos como la planeación , monitoreo o control del proceso suelen ser desapercibidos.

"Pero bueno el programa funciona"...

Puede que el programa funcione pero su proceso es ineficiente y esto puede desencadenar los costos de desarrollo. La planeacion puede resultar demorada ya que se basa en la experiencia personal, el control esta limitado a pruebas o depuración y la administración es un total enigma.

Asi que si estas características son como un deja vú de su trabajo, es posible que su software no sea confiable y no refleje cierta calidad. Por tal razón es conveniente observar los otros niveles de madurez los cuales tendremos en cuenta en próximas publicaciones, y a la vez evaluar el proceso de desarrollo que utilizamos identificando conscientemente el nivel de madurez y enfocar la mejora de este.